¡Hola, mi gente linda! Hoy les quiero compartir cómo preparamos en casa un delicioso pavo para celebrar el Día de Acción de Gracias (o como decimos por aquí, el “Wiwichu Merry Christmas”) con mucha sazón y cariño familiar.
Desde un día antes, pusimos el pavo en remojo con agua, limón, naranja y vinagre para que quedara bien sabroso. Ya al día siguiente, comenzamos a preparar el famoso aderezo —o como dicen algunos, el mer-youn. Como aquí cocinamos sin miedo al éxito, le pusimos de todo: mantequilla, ajo en polvo, paprika, pimienta con limón, perejil, cilantro, romero, y un toquecito de polvo de naranja. ¡Una explosión de sabores!
No somos chefs profesionales, pero nos gusta inventar en la cocina. Y eso sí, con mucho amor. Aparte, mi suegra nos ayudó a picar papas, zanahorias, cebolla, apio y aceitunas. Todo eso lo metimos dentro del pavo para darle más gusto.
También preparamos una mantequilla con ajo para meterla entre la piel del pavo —eso lo hace jugosito por dentro. Aunque algunas personas usan jeringa para inyectarlo, nosotros lo hicimos a mano, como se ha hecho toda la vida.
Antes de meterlo al horno, lo amarramos bien, lo bañamos en jugo de naranja y vino blanco, y lo cubrimos con papel aluminio. ¡Y al horno! Eso sí, mamita, el horno bien caliente a 350°F, y paciencia, porque se tarda entre 3 a 4 horas.
Mientras el pavo se cocinaba, preparamos albóndigas de pollo con piña, una buena salsa de tomate, congrí con chicharrones, espaguetis y, por supuesto, un puré de papas casero con mantequilla, leche y cilantro. ¡Una comida completa para compartir!
Cada hora sacamos el pavo para bañarlo con su propio juguito, y en los últimos minutos, le quitamos el aluminio para que se dorara por fuera. El resultado: ¡una chulada! Bien doradito, jugoso y lleno de sabor.
Ya con toda la familia reunida, incluyendo cuñados y amistades que trajeron una ensalada fría, nos sentamos a dar gracias: por la salud, por el trabajo, por estar juntos y por todas las bendiciones del año.
De parte de la familia López, les deseamos un feliz Día de Acción de Gracias. Gracias por seguirnos, por ser parte de nuestra vida y por compartir también desde sus hogares. ¡Les mandamos muchas bendiciones y que nunca falte el amor ni la comida en sus mesas!