A veces, las mejores aventuras comienzan sin previo aviso. Así fue como terminamos en una fiesta con temática de Barbie… ¡y sin tener nada preparado! Pero con creatividad, amor y un poco de rosa, logramos estar más que listos para la ocasión.

La invitación llegó a última hora y, como era de esperarse, no teníamos nada específicamente de Barbie. Sin embargo, eso no nos detuvo. Rebuscando en el clóset, encontramos algunas camisetas rosadas que ya teníamos desde hace tiempo. Edward incluso encontró una gorra de nuestra propia marca que combinaba perfecto. Y claro, no podía faltar el toque personal: ambos terminamos vestidos igual, con camisitas rosas y un toque de humor compartiendo un short prestado.

Pero lo más bonito de todo no fue solo cómo nos vestimos, sino el cariño con el que preparamos un regalo para la cumpleañera. Se trata de una pequeña que nos visita con frecuencia y que ese día celebraba sus tres añitos. Para ella conseguimos un pony que camina, huevitos de chocolate con sorpresa, una camisita de Barbie (¡adorable!) y hasta calcetines de princesita. Todo elegido con mucho amor —aunque hay que admitir que fue principalmente una de nosotros quien se encargó de la elección de la ropa.

Lo único que lamentamos fue no encontrar camisetas de Barbie para adultos, porque si las hubiéramos visto, ¡las comprábamos sin dudarlo!

Y como todo buen festejo merece su toque especial, sabíamos que ese día no se cocinaba en casa. ¿Por qué? Porque en la fiesta habría tacos de birria… ¡y se cancela la dieta por completo! No íbamos solo por el outfit ni por las fotos: íbamos por la comida, la compañía y la alegría de compartir.

A veces, lo más sencillo es lo más especial. Vestidos de rosa, con regalos en mano y muchas ganas de celebrar, nos fuimos felices a una fiesta que, aunque improvisada, nos dejó grandes momentos. ¿Y tú? ¿Te has preparado alguna vez para una fiesta en el último minuto?

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