La mayoría sabemos que el estrés puede causarnos dolores de cabeza, arruinar nuestro sueño o provocarnos ansiedad. Pero ¿sabías que existe una afección menos conocida que puede desarrollarse silenciosamente en el cuerpo debido al estrés crónico? Se llama fiebre psicógena, y es más común de lo que crees; sin embargo, pocas personas saben que existe.
La fiebre psicógena es una afección física real en la que la temperatura corporal aumenta debido al estrés psicológico, en lugar de a una infección o virus. En otras palabras, tu mente está tan abrumada que tu cuerpo reacciona aumentando su temperatura interna, casi como si tus emociones estuvieran a punto de estallar.
A diferencia de la fiebre que nos da la gripe o las infecciones, esta no responde al paracetamol ni a los antibióticos. Esto se debe a que no está causada por gérmenes. Es el sistema nervioso el que activa los mecanismos de producción de calor del cuerpo como respuesta al estrés. En algunas personas, la fiebre es leve, alrededor de 37-38 °C, mientras que en otras puede subir mucho más, a veces hasta 40 °C. ¿Aterrador, verdad?
Lo que dificulta la identificación de la fiebre psicógena es que imita otras afecciones. Las personas pueden someterse a innumerables pruebas para detectar infecciones, enfermedades autoinmunes o desequilibrios hormonales, pero todos los resultados son normales. Esto se debe a que la causa raíz no es física, sino emocional.
Este tipo de fiebre suele afectar a personas que experimentan altos niveles de ansiedad, presión, trauma emocional o agotamiento crónico. Los adolescentes en época de exámenes, los adultos con plazos laborales constantes e incluso los cuidadores que lidian con estrés a largo plazo pueden desarrollar repentinamente fiebres inexplicables. El cuerpo simplemente intenta sobrellevar la situación de la única manera que sabe.
La buena noticia es que la fiebre psicógena no suele ser peligrosa si se detecta y se controla adecuadamente. La clave está en reconocerla y tratar el estrés, no solo la fiebre. Técnicas de relajación como la respiración profunda, el yoga, la meditación, la terapia y, a veces, los medicamentos para la ansiedad pueden ayudar a reducir los niveles de estrés del cuerpo y a bajar la fiebre.
Pero ignorar este problema puede provocar problemas de salud a largo plazo. El estrés constante no solo causa fiebre psicógena, sino que también debilita el sistema inmunitario, altera la digestión y aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y trastornos mentales. Es una señal de alerta: tu cuerpo te dice que es hora de bajar el ritmo y cuidar tu bienestar emocional.
Así que, la próxima vez que sientas fiebre sin una razón clara y tus pruebas no muestren nada malo, no lo ignores. Podría ser solo estrés por usar una mascarilla. Escucha a tu cuerpo. A veces, dice más que mil palabras.