Maggie adora a su nuera, Lara. Así que cuando escucha a su hijo, Dan, planeando una noche con una amante, se niega a quedarse callada. Con Lara a su lado, lo sigue, directamente hasta su traición. Pero desenmascararlo no es suficiente. En lugar de eso, Maggie está a punto de darle a su hijo una lección que le costará todo.

Tengo dos hijos. ¿El mayor? James. Un marido cariñoso, un padre maravilloso, trabajador, honesto y amable.

¿Mi otro hijo? Dan.

Una mujer sentada a la mesa de la cocina | Fuente: Midjourney

Dan siempre ha sido… difícil. Egoísta. Vago. Era el tipo de chico que patinaba por encanto, siempre buscando la salida más fácil. Mientras James construía una vida, Dan rebotaba de una “pasión” a otra.

“Así soy yo, mamá”, decía. “La vida está llena de oportunidades, ¡y quiero probarlas!”.

¿La última? Ser bloguero local de fitness, que vendía cursos online sobre “nutrición adecuada y deportes”. Apenas tenía seguidores, pero le encantaba la atención.

Un hombre sonriente | Fuente: Midjourney

Los comentarios, los “me gusta”, el pequeño bocado de fama.

Hacía tiempo que habíamos aceptado que Dan nunca sentaría cabeza. Así que cuando se casó con Lara hace seis meses, nos quedamos estupefactos.

¿Y Lara?

Era un sueño. Dulce, atenta, amable, exactamente la clase de mujer de la que deseaba que Dan fuera digno. Una esposa maravillosa y una nuera aún mejor. Un alma hermosa. Y, por un momento, creí de verdad que ella podría cambiarlo.

Una joven con un cachorro en brazos | Fuente: Midjourney

Pero Dan es Dan.

Y hace unas noches, descubrí exactamente lo tonta que había sido.

Era por la tarde y Dan estaba en mi habitación de invitados. Lara y él tenían un espacio pequeño, así que no había sitio para su equipo digital. Yo estaba acostumbrada a sus idas y venidas, a que hiciera ruido constantemente mientras grababa.

Acababa de poner la tetera en el fuego cuando oí la voz de Dan, apagada pero audible, procedente del pasillo.

“Sí, nena”, se rió. “Yo también te echo de menos. Pero mañana ella estará en el trabajo hasta tarde, así que podemos ir al restaurante y luego al hotel. ¿Sí?”

Un hombre hablando por teléfono en un pasillo | Fuente: Midjourney
 

Hubo un momento de silencio.

“Sí, al restaurante elegante del Paraíso, Jen… Te mandaré un mensaje con la hora”.

Agarré el recipiente de bolsitas de té que tenía en la mano. Se me cayó el estómago.

Aquel insensato estaba engañandola.

A Lara.

Una mujer de pie en una cocina | Fuente: Midjourney

La dulce chica que le preparaba almuerzos caseros. Que se reía de sus chistes malos. Que creía en él cuando los demás habíamos perdido toda esperanza.

Me temblaron las manos al apagar la estufa. Y en ese momento tomé una decisión.

No iba a permitir que Lara fuera otra mujer sorprendida por el egoísmo de Dan. Iba a contárselo todo. E íbamos a darle una lección a Dan.

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