Si tienes estas pequeñas protuberancias blancas en la cara, ¡no intentes eliminarlas!
Es posible que hayas tenido milium de bebé, pero no lo sepas. Un quiste de milium, o milium, generalmente se debe a la queratina atrapada (la proteína que compone el cabello, la piel y las uñas). Es más común en bebés, y hasta la mitad de todos los bebés lo desarrollan[1]. Esto se debe a que en esta etapa temprana del desarrollo, la piel del bebé aún está aprendiendo a exfoliarse. Sin embargo, los milium pueden aparecer en personas de todas las edades cuando algo obstruye los conductos que conducen a la superficie de la piel, como una lesión o una quemadura[2].
Los milium se suelen observar como pequeñas protuberancias blancas en la nariz, el mentón o las mejillas, y también pueden aparecer en otras zonas del cuerpo. Aunque los milium se observan tanto en bebés como en adultos, los tipos de milium varían, y el tratamiento es diferente para cada uno y, a menudo, no es necesario. Los milium son generalmente completamente inofensivos y desaparecen por sí solos. Dicho esto, es importante saber cómo identificar estas pequeñas protuberancias para determinar si se debe intervenir o no.
Los diferentes tipos de milia
Los tipos de milia se clasifican según la edad a la que se forma el quiste o la causa de su desarrollo[1].
Milia neonatal
La milia neonatal se desarrolla en los bebés y desaparece en pocas semanas. Los quistes suelen aparecer en la cara, el cuero cabelludo y la parte superior del torso[2]. Según el Hospital Infantil de Seattle, la milia se presenta en aproximadamente el 40 % de los recién nacidos[3].
Milia juvenil
Trastornos genéticos raros, como el síndrome del carcinoma basocelular nevoide (SBCNB), la paquioniquia congénita, el síndrome de Gardner o el síndrome de Bazex-Dupré-Christol, pueden provocar milia juvenil[2].
Milios en Placa
Este tipo de milios suele asociarse con trastornos cutáneos genéticos o autoinmunes, como el lupus discoide o el liquen plano, y afecta los párpados, las orejas, las mejillas o la mandíbula. Es común en mujeres de mediana edad, pero puede presentarse a cualquier edad en ambos sexos[1].
Milios Primarios
Este tipo de milios se observa en niños mayores y adultos. Los quistes pueden aparecer alrededor de los párpados, la frente o en los genitales. Pueden desaparecer después de unas semanas o durar varios meses[1].
Milios Traumáticos
En ocasiones, los milios pueden aparecer en la piel tras una lesión (como una erupción cutánea o una quemadura solar). Los quistes pueden irritarse, enrojeciendo los bordes y volviéndose blancos en el centro[1].
Diagnóstico
Debido a que los milios son bastante visibles, un dermatólogo determinará visualmente si tiene milios basándose en su apariencia. Las biopsias de lesiones cutáneas solo son necesarias en casos excepcionales[2]. Si observa pequeñas protuberancias blancas similares en la piel, le recomendamos consultar con un médico para determinar si realmente tiene milios y para decidir un plan de tratamiento (si lo desea).
Eliminación y tratamiento de milios
Dado que los milios en bebés generalmente desaparecen por sí solos en pocas semanas, no existe un proceso de eliminación ni tratamiento.
Los milios en niños mayores y adultos también desaparecen por sí solos, pero algunas personas pueden optar por tratarlos si presentan alguna molestia. Las prácticas comunes incluyen:
Crioterapia: el nitrógeno líquido congela los milios. Es el método de eliminación más utilizado.
Desrotación: una aguja estéril extrae el contenido del quiste. Este método es común para tratar los milios.
Retinoides tópicos: estas cremas con vitamina A ayudan a exfoliar la piel.
Exfoliaciones químicas: las exfoliaciones químicas provocan la descamación de la primera capa de piel, dejando al descubierto piel nueva. Ablación láser: un pequeño láser se enfoca en las zonas afectadas para eliminar los quistes.
Diatermia: el calor extremo destruye los quistes.
Destrucción por legrado: los quistes se raspan y cauterizan quirúrgicamente.[2]
Los quistes de milium se han tratado incluso con un clip, pero se recomienda que el procedimiento lo realice un médico y no se intente en casa.[5]
El siguiente video muestra a un dermatólogo extirpando múltiples quistes de milium mediante el método de desbridamiento.
Cómo prevenir un quiste de milium
Aunque los quistes de milium no sean perjudiciales, pueden ser estéticamente desagradables. Dado que los quistes de milium son el resultado de problemas en la superficie de la piel, un cambio en el estilo de vida, con un enfoque en una piel sana y limpia, puede marcar una gran diferencia en la prevención de estas pequeñas y molestas protuberancias.
Protege tu piel con protector solar
La milia suele asociarse con daños en la piel, así que protégete del sol cuando estés en la playa, en el partido de béisbol de tus hijos o simplemente disfrutando del sol en tu terraza.
No uses productos fuertes
Cubrir tu piel con productos fuertes puede inhibir la eliminación de las células muertas. Esto incluye cremas, ungüentos, maquillaje e incluso bálsamo labial. Usar limpiadores con microperlas también puede aumentar la probabilidad de desarrollar milia[4]. Cambiar tu rutina de belleza para eliminar los productos fuertes y, en su lugar, incluir productos seguros y ligeros mantendrá tu piel limpia y mantendrá la milia a raya.
Exfolia con regularidad
A menudo puede ser difícil exfoliar la piel de un bebé porque sus poros aún no se han desarrollado completamente, ¡pero eso no te da excusa! Mantener tus poros