En los últimos días he leído algunos comentarios que me hicieron reflexionar. Algunos decían que todo lo que pasó en nuestro aniversario fue planeado por Orlando, que fue él quien organizó todo, y que yo solo fui parte de un “paripé”. Incluso hubo quienes aseguraban que yo nunca tengo detalles con él, que siempre es Orlando quien se esmera y que yo no sería capaz de hacer algo así porque nunca antes lo he hecho.

Déjenme decirles que están muy equivocados.

Quienes realmente nos han seguido desde el principio saben que nuestra relación se basa en el amor mutuo, el respeto, y en dar sin esperar. Orlando y yo siempre hemos sido detallistas el uno con el otro. Entre nosotros no hay competencia de quién hace más o menos; lo que existe es un deseo genuino de compartir, de sorprender y de hacer feliz al otro. Eso es lo que nos une.

Y sí, no lo niego: tenía un poco de miedo. Es cierto que Orlando es naturalmente más creativo, tiene un carisma especial para los detalles, y yo suelo ser más práctico. ¿Mi idea de regalo? Un perfume. Porque me encantan, y sé que a él también. De hecho, tiene más perfumes que zapatos gracias a mí. Pero esta vez quería ir más allá. Quería salirme de lo típico. Quería sorprenderlo de verdad.

Así que preparé algo especial. Con toda la intención de hacerle sentir lo que él tantas veces me ha hecho sentir a mí: amado, valorado, sorprendido. Compré una sangría de melón, su favorita. Decoré todo con dedicación, pensando en él, en sus gustos, en lo que podría sacarle una sonrisa sincera.

¿Fue perfecto? No lo sé. Pero sé que fue genuino.

Y ahora, les pregunto a ustedes: ¿Qué opinan? ¿Me quedó bien la sorpresa? ¿Creen que Orlando se la merecía? Denme su nota del 1 al 10. Para mí, lo más importante es que él se sintió querido y que, por una vez, fui yo quien se la rifó.

A los que a veces dejan comentarios negativos, también les digo: está bien, tienen derecho a opinar. Pero recuerden que unos minutos de video no cuentan toda una historia ni definen a una persona. Hay mucho de nuestra vida que no mostramos en redes, pero lo que sí compartimos lo hacemos con transparencia.

Finalmente, mi mensaje es este: sean felices. Amen a su pareja, ámense a ustedes mismos, y compartan cosas bonitas. Porque al final del día, lo más valioso que tenemos son esos momentos de amor auténtico que se quedan para siempre.

Con cariño,

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